La experiencia de Quinto en el Qosqo.
Eran las 11 p.m. del día 18 de Agosto del 2016, faltaba solo
una hora para comenzar con la travesía tan esperada.
El punto de concentración fue en la agencia que viaje,
después de la despedida de nuestros
emocionados padres partimos rumbo al Aeropuerto Jorge Chávez, donde comienza
nuestra primera anécdota. Esa madrugada fue algo así como una velada por así
decirlo. Formamos grupos y buscamos un lugar donde pasar la madrugada, cuando
al fin y después de muchas vueltas por el aeropuerto encontramos un lugar. Al día siguiente empezamos
a hacer nuestro Check- in esta vez nuestro rumbo estaba a tan solo una hora.
Ya cuando llegamos al Cuzco nos instalamos en el hotel, el
primer día fue para aclimatarnos y tomar mate de coca. Al día siguiente,
nuestro primer tour fue en Pisac pero antes visitamos un mercado de artesanías.
Ya en Pisac nos explicaron que
Pachacutec fue el que encargo hacer esas construcciones y las dividió en una
zona para vivir (tanto para la clase alta como para la gente del pueblo), otra
zona para el ejército y un cementerio Inca.
Subimos al mirador, fue una experiencia algo agotadora debido a la altura.
Al segundo día nos tocó visitar Ollantaytambo donde vimos
una gran construcción militar para proteger la capital del Imperio Incaico.
Luego nos dirigimos a un restaurante donde degustamos comida propia del lugar y
también platos de Lima pero al estilo del Cuzco. Luego ya en la tarde fuimos al
pueblo de Chincheros, donde el frio era terrible. El lugar tiene una
arquitectura Incaica y española ya que la iglesia de este pueblo está sobre una
construcción Inca.
El tercer día fuimos a Aguas Calientes en bus hasta
Urubamba, luego fuimos en tren a Aguas Calientes y nos hospedamos en un hotel.
En la noche salimos a caminar por la zona; el pueblo es pequeño. Vimos turistas
de varias partes del mundo. Al día siguiente fuimos a nuestro lugar meta Macchu
Picchu, ahí interactuamos con algunos turistas, hablando en inglés o en español.
Nuestro cuarto y último día, el más feeling porque no queríamos
regresar. Nuestro último tour fue en Maras Moray, luego fuimos comer a un restaurante
campestre. Finalmente regresamos a Lima.
Vivir una experiencia así, es gratificante porque cuando vives nuevas experiencias, dejas algo atrás y aprendes algo nuevo. Te relacionas con la naturaleza y la cultura. Viajas por un momento al pasado, te desconectas de la tecnología, el ambiente tiene algo especial... Te contagia de vibras positivas.
A esto debo agregarle que antes de viajar suelo leer libros relacionados al lugar donde voy no necesariamente turístico ya que en el Perú en especial hay muchos autores que escriben sobre "el Perú que no conocemos".
Vivir una experiencia así, es gratificante porque cuando vives nuevas experiencias, dejas algo atrás y aprendes algo nuevo. Te relacionas con la naturaleza y la cultura. Viajas por un momento al pasado, te desconectas de la tecnología, el ambiente tiene algo especial... Te contagia de vibras positivas.
A esto debo agregarle que antes de viajar suelo leer libros relacionados al lugar donde voy no necesariamente turístico ya que en el Perú en especial hay muchos autores que escriben sobre "el Perú que no conocemos".
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